miércoles, 26 de octubre de 2011

“Secretos de mala fuente”.
Me acuerdo que desde chica fui muy apega a los secretos, pero en lógica, guardarlos demuestra quienes somos en realidad, que clase de personas. Es fácil definirlo en dos, confiable o buchona, pero supongo que va más allá de eso; yo considero que los secretos son difíciles de guardar, pero tarde o temprano salen a luz, y ¿Qué hacemos?                                                
En ese caso cada uno sabrá, pero podemos fingir que así debía ser ¿No? Porque piensen una cosa, cuando nos confían un secreto es algo que supuestamente no se puede contar y sin embargo no los cuentan, además los secretos son personales y solo pasan a ser comentarios o chismes cuando lo contamos; y si nos confían un secreto… ¿Quién es chismosa después de todo? Además cuando nos preguntan algo y nosotras decimos: “No, no te puedo decir es un secreto”  pero entonces ya dijimos lo que era, y eso no tiene sentido, porque ni siquiera un secreto se revela como secreto, no debemos decir “Es un Secreto” porque todos ya van a saber lo que es, y después de decirlo la tentación de confesarlo se hace cada vez mayor ¿No creen?

                                        Ayelen

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